Bolivia se encuentra en un momento donde requiere promover el desarrollo de emprendedores. No podemos ser ajenos a las circunstancias desfavorables en las que se encuentra nuestro país, con respecto al acceso a empleo.
Ahora más que nunca es necesario fomentar el espíritu emprendedor en Bolivia, mejorando la percepción de la sociedad respecto al emprendedor/empresario. Para lograr este cambio, es vital establecer un entorno adecuado donde la formación sea el principal aporte. Por ello, formación y acceso a recursos deben ir de la mano para consolidar y ejecutar con éxito ideas innovadoras a través de proyectos empresariales de base tecnología o de impacto social.
Emprendimiento y acceso a empleo de la misma forma, tiene una coincidencia con respecto a la visión de diversos académicos y profesionales, no sólo por constituirse como una oportunidad en tiempos de crisis, sino como una necesidad para nuestro país. Es por ello, también importante que la juventud fortalezca sus habilidades blandas donde el crecimiento personal, el respeto y la autoconfianza sean los parámetros básicos de confianza en todo boliviano.
El sector emprendedor no requiere subvenciones, lo que requiere es de un adecuado acceso a financiamiento donde sus requisitos y características no sean ajenas a la realidad. Es necesario fomentar procesos de Investigación y Desarrollo, para que logremos pasar del emprendimiento por necesidad.
Asimismo, es importante generar políticas públicas que sean puestas a disposición de los emprendedores por medio de las diversas instancias del Estado. Por lo expuesto, es necesario que las instituciones no gubernamentales coordinen de manera integral la posibilidad de generar talleres, concursos y procesos de incubación, donde determinadas entidades público-privadas, gremios y asociaciones promuevan alianzas en favor del emprendedor.
Por otro lado, Bolivia necesita fortalecer y ampliar su base productiva a través de empresas competitivas con un alto grado de innovación y tecnología, para que puedan desenvolverse con eficacia en mercados cada vez más complejos, competitivos y globalizados.
En este número de Emprendedor Latam, podrás apreciar emprendimientos de triple impacto (social, ambiental y económico) como parte del nuevo contexto empresarial, a ellos se suman aquellas iniciativas que han asumido generar y fomentar nuevas economías donde se privilegie la creatividad, el arte y el hobby visto desde el punto de vista empresarial, coincidiendo con el postulado remarcado por la Economía Naranja. A ello, se suma la economía circular que va más allá del simple proceso de reciclado, donde el reto está en construir o desarrollar productos que desde su nacimiento estén destinados a ser parte de un proceso regenerativo y ampliado, tanto en vida útil como en el reciclado de las partes entorno a un proceso acumulativo de valor agregado y de gran oportunidad.
Finalmente, las Universidades deben ofertar procesos de formación de postgrado en emprendimiento, modelos de negocio, digitalización e internacionalización, donde también se aprenda a minimizar los riesgos para sobrepasar cualquier situación que a futuro se presente, ya que el nuevo desarrollo empresarial requiere de conocimientos y herramientas que maximicen las oportunidades y por ende generen éxito.
René Salomón & Walter Méndez
