Bolivia y el mundo entero está comprometido con diferentes factores que afectan la economía, especialmente si parte de nuestra matriz energética que se basa en los precios del petróleo, que a inicios de marzo han llegado a desplomarse en más de un 30%, registrando una caída similar o mayor a la vivida en el año 1991, con la Guerra del Golfo.
A ello, le sumamos la presencia del coronavirus (Covid-19) en Bolivia y su posible expansión a varias ciudades del país. Ante esta situación, se requiere más que nunca de un sector emprendedor y empresarial previsor y responsable a la altura de sus antecedentes. Ya la historia reciente, demostró al mundo que paralizando el país en lo económico y en la inmovilidad de diversos sectores de la población durante 21 días obtuvo grandes resultados.
En lo que respecta al sector empresarial se requiere actuar sin pánico ni alarmismo, pero si comprometidos a realizar diversas acciones para proteger la integridad y salud de las familias y por ende sus trabajadores. Para ello se debe buscar en la coyuntura económica soluciones que sean impartidas de manera conjunta con el Gobierno y el propio Parlamento mediante leyes, que flexibilicen las cargas financieras, reduzcan los costos de producción y que, mediante políticas de coyuntura ante la crisis, el Poder Ejecutivo ejecute medidas de apoyo a los más necesitados.
Es así que, para las personas de la tercera edad, las madres con niños en edad escolar y otros sectores vulnerables en una situación de cuarentena estricta de actividades normales, se busquen soluciones a la estructura económica formal y principalmente a los emprendedores de la base de la pirámide, que de manera diaria buscan un mínimo ingreso con la prestación de servicios o comercio.
Si bien a la fecha, nos encontramos en una fase no muy avanzada, es el momento donde los emprendedores pueden encontrar y proyectar soluciones a diversos problemas que la realidad del país nos muestra en términos de salud, infraestructura y equipamiento. Asimismo, los emprendedores y empresarios en general deben asumir que muchas de sus actividades serán a distancia, donde su fuerza laboral debe estar provista con la protección mínima necesaria y en un caso que el COVID-19 se acentúe en una siguiente fase con contagio comunitario, la presencia de decenas de afectados en las principales ciudades exigirá que nos quedemos en casa.
Entre las recomendaciones que podemos resaltar desde Emprendedores Bolivia, está el establecer y proyectar planes de continuidad en sanidad, redistribución de tareas y/o home office para quienes puedan ausentarse de sus fuentes laborales, organizar video conferencias con sus proveedores, alinear agendas con sus socios tanto locales como externos y lo más importante, no dejar de impartir conocimiento por medio de las redes.
Por lo expuesto, este tercer número de la revista está enfocado en temáticas que tienen un contenido amplio como la sustentabilidad, la gestión integral de residuos, la responsabilidad extendida como una medida para avanzar hacia la circularidad en Bolivia, el diseño de la innovación sustentable, la distribución y acceso de los alimentos básicos y otros. En otro orden, analizaremos los esfuerzos colaborativos centrados en el desarrollo de emprendedores e innovación, la participación de la mujer en el contexto nacional con emprendimientos tecnológicos y sociales de impacto.
Paralelamente incursionamos en la temática de la Responsabilidad Social, donde los emprendedores y las empresas tienen una oportunidad de devolver al mercado una serie de beneficios, asimismo fortalecer la relación con sus empleados y dar un cambio tecnológico a la base estructural de cualquier negocio por medio del uso del Internet, lo que nos obliga a hacer una reflexión sobre la necesidad de construir una estrategia de RSE que propicie y actúe con gran responsabilidad en la educación tecnológica y conectividad de los emprendedores ubicados en cualquier confín del territorio nacional.
Finalmente, hacemos un llamado a todos los sectores a trabajar en conjunto para promover la inversión privada y así dinamizar la economía. El crear mecanismos financieros por parte del Estado, se constituye en una tarea ineludible para este Gobierno. El buen aprovechamiento de las normas vigentes, permitirá el apoyo económico a la población más necesitada y debería abrir la posibilidad de crear fondos de garantías e inversiones para que la empresa de manera paralela acceda a recursos con la única finalidad de sostener la estabilidad laboral y por ende continuar con la producción y servicios de manera sustentable.
